El primer buen día después de la catastrofe [Ëngel]

Abrí mis ojos. Inhalé. Me levanté de la cama mullida con las sábanas color durazno, las cosas habian pasado muy deprisa pero ahora estaba mejor... No habia humanos, al menos no humanos de los que estorban y ahora el mundo hacía lo que yo quisiera, a como yo quisiera cuanod YO quisiera. Me acomodé la ropa de pijama y me metí a la ducha para darme una muy buena con agua caliente.

Al salir solo tomé un bañador corto, de tipo speedo, unos jeans gastados y una playera de color rojo de manga corta que aún quedaban de las cosas humanas que poseía. Salí de mi mansión para irme corriendo a la laguna, a mitad del camino me aburrí, salieron mis alas de los omóplatos y levanté el vuelo hasta llegar a la laguna Crystal, donde planee unos segundos y después pose elegantemente en la orilla con la punta de mi pie izquierdo y después mi otro pie completo.

Me quité mi playera mientras veía ese maldito sol que alguna vez mandaría a volar. Giré mis ojos y me quité mis jeans sentandome en la arena espesa que estaba en la orilla y dejé que el agua mojara mis pies. Me parecia que habia sirenas o tritones en esas aguas, eran muy territoriales pero vamos... Con solo mover mi mano ellos se quemarían al instante.

Me levanté y me lancé al agua, era refrescante y bastante fresca. Segui nadando hasta que estube lo bastante lejos, estube flotando un poco y algo llamó la atención en el agua. ¿Qué era? ¿Qué sería? Nadé de regreso. Y me quedé en la arena escudriñando el agua esperando algo... o alguien. Inhalé y me quedé con los brazos en la nuca acostado boca arriba.

Después de la gran catástrofe que causó un ser inhumano todo cambió, yo cambié, algo sentía por dentro, no sé como decirlo, como una gran energía que emergía en mi interior, algo indescriptible y que no sabía cómo me había pasado, aunque en el pasado ya me parecía raro de que nunca envejeciese, no sabía cuantos años tenía ya, supuse de que este extraño sentimiento podría ser causa por lo de la edad. A las pocas horas del apocalipsis recibí una caja de alguien anónimo que contenía un tridente y una concha, cogí la concha, me dieron ganas de soplar, pero no lo hice, después, sin cogerlo, observé con la mirada atentamente el tridente, era precioso, perfecto, parecía imposible que unas manos humanas podrían a ver hecho esta reliquia. En mis conocimientos ya sabía que era un tridente, podía ser del mismo dios Poseidón, el gran dios del mar. Sin darme cuenta ya era tarde a si que dejando todo de lado me fui a dormir y pensar a la vez, me costó varios minutos, quizás horas, en dormir pero al fin lo conseguí

Al día siguiente sería un nuevo día, el primero después del gran escándalo de ayer, decidí investigar algo de mis poderes, pero antes me di una ducha fría, cuando estaba en pleno proceso ya a ponto de echarme el gel por el cuerpo, mis piernas se unieron transformándose en una cola de pez, me quedé sorprendido ante tal cosa, sin saber que hacer, tumbado, con el agua aún cayendo, anonadado, boquiabierto. Al cabo de unos segundos recobré la memoria y cerré como pude el agua de la bañera, salí arrastrándome por el suelo del baño y esperé un rato hasta que por fin volví a tener piernas, me levanté, me sequé un poco con la toalla, me dirigí a mi cuarto a cambiarme de ropa y me fui, cogí mi coche, guardé en el maletero el tridente con delicadeza y rápido salí, mientras estaba conduciendo observaba por la ventanilla la gente como se pelaba, la desgracia que había en la ciudad y los pocos humanos que existían ya en el planeta.

Sin darme cuenta ya estaba fuera de la ciudad, menos mal que no tuve ningún accidente, mi cabeza, más bien, mi cerebro estaba pensando lo sucedido anteriormente en mi casa, giré la vista de nuevo en la ventanilla y vi una laguna a lo lejos con gente bañándose, parecían felices, aparqué donde pude y me quité la camisa dejándola en el coche y las demás cosas, también dejé mis zapatos con los calcetines, solo me quedé con los vaqueros puestos y por supuesto debajo de ellos los bóxers, cogí del maletero el tridente y me fui a la orilla del río viendo a las sirenas y los tritones nadar felizmente, supuse que yo era uno de ellos, menos mal que no se dieron cuenta del tridente que tenía en la mano porque lo tenía envuelto en vendas, me quité los pantalones y los bóxers y empecé a nadar debajo del agua con el tridente aún en mi mano y con las vendas mojadas. Buceé muy lejos sintiendo una presencia arriba mía, un hombre con bañador estaba nadando por encima de mí y no se estaba dando cuenta que estaba yo abajo suya. Al rato se fue de nuevo por donde vino, yo salí a la superficie, no para respirar, si no para ver cómo era, me quedé flotando un poco reflexionando y después volví donde vine y le vi tumbado en la orilla, le sonreí, salí del agua olvidándome de que tenía mitad de mi cuerpo como un pez, pero justo cuando iba saliendo mis piernas aparecieron, tampoco me di cuenta de que estaba desnudo. Acercándome más a él, seguí sonriéndole y le pasé de largo, dirigiéndome a mis cosas y viendo que mis bóxers estaban allí tirados, me sonrojé al no saber que los tenía puesto y por si acaso eché una mirada a bajo y por supuesto que nos los tenía, morí de la vergüenza y encima sonreí al otro chico, ahora pensará de que soy un pervertido de esos. Dejé rápido en el suelo el tridente con las vendas mojadas y me puse los bóxers rápidamente, me senté como si nada y esperé, no sé a qué, pero esperé sonrojado.

Continué sintiendo el aire, la fresca y poca brisa que había. Miré a lo lejos antes de acostarme por completo a unas cuantas chicas semidesnudas con sus colas de pez. Sirenas. En el agua unos chicos, algunos besandolas otros a lo lejos... mejor no quice averiguar qué era. Creí que andaban en 'primavera'. Reí un poco.

Al poco rato de haber cerrado mis ojos escuché a alguien que salía del agua, un chico. Lo miré pero solo un momento fugaz, después reí un poco al verle avergonzado mientras se ponía su boxer.

-Buena tranca que te cargas -reí un poco y mordí mi labio- ¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿Te apetece follar un rato?

Por dentro estaba muerto de risa al verlo completamente rojo, pero debia aguantar. Sonreí de nuevo y le miré esperando su respuesta.

Seguí observando al chico tumbado que de pronto me miró, parecía que le hubiese visto de antes, era un recuerdo fugaz que tenía en mi memoria pero que se iba y no llegaba a recordar del todo quién era. Al poco rato me empezó a decirme que mi “tranca la tenía buena” me sonrojo aumentó por sus palabras, no le entendí muy bien pero sabía por donde iba, me puse algo nervioso y me agobié un poco porqué me empezó a preguntarme, sin dejar pausa para contestarme y encima la última pregunta era un poco inapropiada. Moví mi pierna con rapidez por el nerviosismo que tenía, respiré un poco el aire fresco del lugar y sonrojado le respondí. No sé lo que soy, me llamo Engël…Engël Von Mitternacht. Mi nombre lo dije perfectamente en alemán, como debía ser, la última pregunta me ahorré en contestarla mas bien, no quería contestarla, más de cien años y sigo virgen y perder la virginidad con un desconocido de nada, no era precisamente lo que yo quería, pero de repente me vino un dejavú del día de ayer mirando la televisión:

‘Estaba sentado, después del trabajo, cansado, cogí una cerveza fría de mi nevera de dos puertas, me senté tranquilamente, reflexioné lo sucedido en mi trabajo, porque me pasaron muchas cosas extrañas una de ellas fue esa energía que sentía fluir dentro de mí otra fue mirando por la ventana a gente loca, un gran estruendo, por el camino del coche vi multitudes de asesinatos, era muy raro. Estaba tan tranquilo bebiendo esa refrescante cerveza hasta que un gran estruendo surgió del cielo o de la tierra, salí corriendo hasta la terraza viendo seres sobrenaturales matar, secuestrar a los humanos, me giré a mi casa y observé la televisión donde salía el hombre causante de todo, me fijé bien en la cara y de pronto algo me pasó que caí de bruces al suelo perdiendo el conocimiento.’

Cuando recordé la cara del hombre puse una cara de espanto, en ese momento supe que si ese hombre que estaba en frente mía podía matarme en cualquier momento, ahora era el nuevo Dios, le sonreí como pude, con mi miedo dentro sin saber que hacer sin saber que decir, oculté mi miedo mediante esa sonrisa simple, de niño bueno, como no sabía que decir dije lo primero que se me ocurrió para no molestarlo. Perdona, ¿me podrías decir lo último que me había preguntado? Es que no te escuché bien, disculpa. Le volví a sonreír y esperé con mi miedo dentro de mí, estaba temblando un poco y mi labio inferior también lo hacía…

Miré al chico, ¿de dónde venía que se desconcertó con la pregunta maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaás común en New York? Giré los ojos. Otro puritano pensé Veamos hasta donde llega la influencia de ÉL en la mente de éste. Le sonreí y me levanté poniendo mi mano en el short del bañador para bajarlo un poco y que se viera 'más de lo debido'.

Estiré mi mano en señal de presentación. Le sonreí de nuevo mirando a mis ojos, rápidamente empecé con ese pequeño pero poderoso don de la seducción. Algo inato en mí que hacía que cualquier ser que estuviera en mi alrededor se sintiera muerto prácticamente por mí.

-Alexander Dumort -dije mientras tomaba su mano y la estrechaba. Seguí mirando sus ojos, un recuerdo, eso era obvio. Solté su mano.

Dejé que el chico recordara todo lo que tenía que recordar. Miré sus ojos una vez que ese recuerdo fugaz dejó de existir en su mente dejando paso a mi poder. Esperaba que funcionara. Su sonrisa, esa pequeña sonrisa angelical que puso era obvio que estaba asustado de algo. ¿Seria de mí? ¡Podía llevarlo al cielo! ¿Por qué se asustaría? Escuché sus palabras. Sonreí y bajé la mirada, tenia un muy buen paquete aunque sin ropa era mejor, me acerqué a su oido.

-Qué si te gustaría follar conmigo... -murmuré mordiendo su oreja un poco y rozando con mi rodilla su entrepierna- Eso pregunté... -Dije por ultimo haciendo que mi don se incrementara a tal grado de tratar de provocar al chico con toda su fuerza.

Antes de mi flashback el chico de cabellos castaños se bajó el bañador, haciendo que su miembro viril se notase un poco más, me sonrojé bastante y giré la cabeza hacia otro lado, le di la mano por supuesto, no iba a ser maleducad, en ese momento de agarre de manos sentí un gran escalofrío recorrer mi cuerpo y sentía una gran atracción hacia el otro, sobre todo sexual, llegué a apretarle bastante fuerte la mano para que no me soltase, casi se me puso erecto, pero me soltó y empecé a recordar el flashback que hico recordar la gran duda que tenía de que si conocía o no al chico que estaba en frente mía y que me hizo atraer sexualmente por unos segundos.

Terminado mi flashback se acercó a mi oído para susurrarme la pregunta que me había hecho y que yo me hice el tonto en no respondérsela ya que esos temas soy muy cortado y no me gusta mucho a hablar, la gente pensará que soy un puritano, y sí lo soy a veces y no cambiaré hasta en este momento que me susurró aquello tan delicadamente que con cada palabra que me dijo izo que me cuerpo temblase y se estremeciera, y ese rozamiento de su rodilla en mi entrepierna hizo que el bulto de mi pantalón creciese poco a poco, mi cuerpo temblaba de miedo y a la vez de querer follar con él en el mismo lugar aunque nos viesen copular en ese momento me daba igual todo. Esto…yo…aaah! Al final solté un orgasmo y cerré los ojos avergonzado, mis piernas empezaron a temblar, quería besarlo por todo su cuerpo , cada lado de su piel, sin deja ningún lado sin besar, pero a la vez dentro de mí me aguantaba, aun que no sabía cuanto iba a durar este aguante.

Mientras acariciaba su paquete escuché un gemido proveniente de su boca. ¿Podria ser enserio? ¿Habia tenido un orgasmo ahi parado sin más? ¡Vaya! Mi habilidad era buena.

Metí mis manos a su bañador sintiendolo bastante mojado, era verdad, se habia corrido, tomé su miembro entre mis manos comenzando a moverlo de adelante hacia atrás masturbandolo. Sonreí y después empecé a besarlo en la boca cerrando mis ojos, continué con esa paja sintiendo cada centimetro de su miembro endurecerse, casi igual o más rapido que mi propio miembro.

En un momento, ya teniamos dos 'casas de campaña' provenientes de nuestros bañadores. Bajé a besarle el mentón, luego el cuello. Mordía a veces su piel mientras masajeaba sus bolas o su falo.

-¿Vez qué fácil es? -sonrei mirandolo- Venga... Acepta todo... ¿Sientes lo que puedo darte? Más placer que nadie...

Me corrí rápidamente con los roces que me daba y la excitación que tenía en mi cuerpo. No me había tocado durante bastante tiempo y por eso me corrí en un tiempo record, aún así me masturbó y mi miembro seguía creciendo después de todo, quería más, necesitaba más. Correspondí su beso algo torpe y sonrojado, porque anteriormente nadie me había besado, se podía decir que era mi primer beso, hice una vista a él observándolo de arriba abajo mientras me besaba y fijándome en una determinada parte que se apreciaba bastante y que parecía que quisiese salir de allí, al instante cerré los ojos para sentir mejor esa masturbación y sus besos. Yo no sabía qué hacer a si que me quedé de piedra con mis brazos al aire sin poder moverse, ahora no temblaba del miedo que tenía al saber quién era el otro, temblaba del miedo a que pasará después de unos besos, la siguiente fase por así decirlo.

Mi respiración aumentaba al sentir esos besos por mi cuello y esas caricias por mi miembro, a veces gemía débilmente por ese placer que me daba. Al escuchar sus palabras y lo de que me podía dar más placer que nadie yo solo asentí con la cabeza, no podía hablar en este estado, mi corazón latía rápidamente y con fuerza. Me tumbé, porqué me cansé de estar sentado y miré al otro a los ojos a ver que es lo que me iba a hacer ahora.

Continue con esos besos en su cuello mientras seguia sintiendo su dureza, sin embargo, tenía miedo. Percibía su alma intacta, su cuerpo puro. Era virgen, me causó algo de gracia pero solo rematé besandolo en los labios y sentandome en la arena palpando para que se sentara. Si él quería continuar sería cosa de él pero jamás le quitaría algo que no quisiera darme.

-Besas y sabes muy bien... -dije mirando a lo lejos, miré mi erección por debajo del short bañador, ya se bajaría- No haré nada que tu no quieras hacer ¿vale? Es tu virginidad no la mía.

Me crucé de piernas y me acosté con los lentes de sol puestos con ambas manos detrás de la nuca, dejé que mi erección se siguiera notando, no podia esconderla ya después se pasaría. Inhalé y exhalé para relajarme.

Me senté en su lado donde me palpó el sitio, me fijé como se sentaba y su musculatura se estiraba, estaba muy bien, para ser el demonio que causó todo este caos en todo el gran mundo, y pensar que no todos los malos son feos, bajé mi vista de su cara, recorriendo su cuerpo hasta llegar a su gran erección, giré la cabeza a un lado y la observé bien, tampoco estaba tan mal eso, de pronto me sonrojé por mis pensamientos impuros que tenía, esto de ser virgen es bastante difícil, el morbo que tendría ahora follar no lo sentiría nadie en la vida, años y años a esperar esa gran polvo en la cama. Era aun idea tentadora la que me propuso, por lo menos era muy majo al elegir, porque de pronto no me sentí atraído sexualmente como me sentía hace unos minutos, será unos de sus grandes poderes. La verdad es que no tenía ni la más remota idea de que hacer, acostarme con él, era una buena decisión estaba tremendo, o dejarlo y esperar otros dos siglos a encontrar el maldito amor y acostarme con esa persona, por un lado era bonito, pero mi cuerpo no podía aguantar más y no podía seguirme masturbándome cada día, por así decirlo.

Me tumbé con él y lo miré de lado sonriéndole y tímidamente le respondí. Bueno, si quiero, además me beneficiaría algo acostarme con el ser supremo del mundo. Eso último lo dije porque era así de listo, no quería sufrir ninguna muerte espontánea por el otro ya que era más poderoso que mí y a si no tendría que preocuparme de mi vida. Además no puedo desobedecer al todopoderoso. No sé por qué mi lado sensual me estaba saliendo, tenía unas ganas muy tremendas de hacerlo.

De vez en vez metía mi mano a mi bañador para acomodarme la polla que estaba más que dura. Cerraba los ojos por lo incomodo que era y por el ligero dolor de testiculos que de pronto me llegó por la calentura mal bajada. Gemí un poquito, nadie lo habia escuchado por fortuna.

En ese momento sentí como se sentaba a mi lado, puse mis manos detrás de la nuca y volvi a recostarme con esa casa de campaña que seguia irguiendose cada que me recostaba. En ese momento escuché lo que él decía. Ya no eran preambulos, ahora probariamos el pecado original. Lo recosté y empecé a besarlo con pasion mientras me quitaba el short y dejaba mi cuerpo desnudo rozando mi punta sobre su bañador empujando un poco para que sintiera mi dureza.

-Que rico... -dije apenas susurrandole al oido y bajando a lamer sus pezones- Venga...

Al parecer él aceptó sin rechistar, tenía muchas ganas de hacerlo al igual que yo, en momentos tan tensos y con ese calentón que no puedes quitar encima lo mejor es lo que íbamos a hacer a continuación, yo sonreí, pero en verdad tenía mucho miedo por dentro, cerré los ojos y correspondí algo torpe ese beso apasionado que me estaba dando mientras nuestros cuerpos estaban juntos y cada vez la excitación de cada uno aumentaba, el ya se desnudó y yo estaba aun con mi bóxer puesto y con mi miembro marcado en él queriendo salir, estaba muy apretujado y esas rozaduras que me hacía con su miembro notando lo durísimo que estaba me hacia gemir, después bajó a jugar con mis pezones, yo solo me mordí mi labio inferior para parar de gemir, me daba corte gemir todo el rato, estaba algo rojo por ello. Me estremecía cada vez que tocaba mi cuerpo con su húmeda lengua y sobre todo en mis pezones que eran muy delicados y sensibles al igual que cualquier otro. Venga… Me dijo, yo no entendí muy bien lo que quería decir a si que no hice mucho caso a eso, solo cerré los ojos y esperé a que se cansara, aunque no quería que terminase porque me sentía muy bien, mis caderas se movían hacia delante haciendo que nuestros miembros duros se rozaran aun más de lo que ya estaban. Ahh!. Solté un gemido más fuerte de lo común y me eché a un lado quedándome sentado y mirándolo a los ojos. Vamos a un lugar privado, mejor. Lo dije porque había gente cerca de la orilla nadando y me daba algo de corte hacerlo con gente mirando, no me gustaba mucho.

Sonreí y dejé de hacerle cuando me pidió que fueramos a algun sitio alejado, en otras circunstancias hubiera roto su ropa y lo hubiera follado y al terminar me hubiera vestido y me hubiera largado dejandolo ahi, tal vez llorando, no me caracterisaba por ser un amante noble y considerado en la cama. Sin embargo, me levanté con toda mi erección al aire y tomé mi bañador, le sonreí y tomé su mano caminando por la playa aunque muchas miradas se posaron en mi tranca que estaba totalmente perpendicular a mi cuerpo.

Llegamos a una parte de la playa que estaba completamente vacia. Sonrei y me senté en la arena arrodillandolo sobre mis piernas para besar su pecho, su abdomen y estimular un poco sus tetillas. Mis manos no paraban de tocarle el culo y de vez en cuando metia uno que otro dedo en su boca para que lo chupase, ahora si, era tiempo. Le quité su bañador y miré su ereccion, un miembro, que si bien no era tan grande como el mio, se defendia bastante, comencé a chuparle la tranca por el capullo y mientras lo miraba a los ojos, cerraba mis parpados de vez en vez mientras me dedicaba a su polla y ponia sus manos en mi espalda.

Le cogí de la mano, con mi mano libre cogí mis pertenencias y nos fuimos alejando de las personas que había, la gente miraba el miembro de Alex, para ser un gran malvado estaba bien dotado, al pensar en esas guarradas me sonrojé de nuevo, yo no era así pero este chico o lo que fuese me hacía sacar mi lado pervertido y tierno. Lo único que me pareció algo extraño es que me hiciera caso ya que él era el ser supremo y sin escrúpulos y me podía haber violado si hubiera querido, pero no lo hizo y eso me hico esbozar una sonrisa en mi cara. Mis calzoncillos ya no podían resistir más por mi miembro erecto y ni yo podía resistir estar tan apretujado, se me hacía muy molesto por más que intentara bajarla hasta que llegáramos a un lugar vacío, se me venía en mis pensamientos el futuro, el futuro que íbamos a hacer acostándonos, caricias, besos, posturas, etc.

Al final de un corto paseo marítimo, llegamos a una playa pequeña y desierta, el se sentó en la arena y yo dejé mis pantalones y camisa a un lado pero justo me senté encima de él porque me cogió. Empezó a besar mi abdomen marcado y un poco sudoroso por los nervios y siguió jugando con mis pezones, las manos de Alex estaban posadas cada una en un muslo mío de mi culo, hasta que me metió un dedo en mi boca, yo lo chupe algo vergonzoso y cortante, pero me acostumbré y empecé a jugar con él con mi lengua, de repente me quitó los calzoncillos quedando completamente desnudo ante él, viendo mis vergüenzas, el primer hombre y persona que las ve, me sonrojé por tal acción que hizo, pero ya no podía dar marcha atrás porque empezó a chupar mi miembro, yo primero me sorprendí bastante pero después cerré los ojos y dejé que jugara con mi miembro lo que quisiese, el me sostenía con su manos en mi espalda yo me curvé para que me la chupase mejor, mi respiración aumentaba constantemente y eso hacía que empezase a gemir poco a poco, puse una mano en su cabeza y la otra la apoyé en el suelo, yo seguía encima de él mientras su miembro erecto rozaba mi entrada, eso me hacía gemir más y excitarme por completo.

Por fin, habiamos llegado a esa acción que tanto deseaba y el hecho de que se deshinibiera era completamente excitante. Su miembro tenia un toque más salino del que imaginé pero siempre tan exquisito. Mientras su lengua lubricaba a la perfección mi dedo, el cual utilicé para abrir sus nalgas y empezar a sobar su entrada de una manera bestial, metiendo y sacando mi dedo al que después se le unieron tres más.

Estaba en la gloria, podia sentir lo estrecho de su culo y la dureza de su miembro, estaba completamente loco, lo dejé de mamar para besarlo metiendo, casi groseramente, mi lengua en su boca, saboreando todo su intimo sabor. Entonces me levanté.

Al levantarme me masturbé frente a su cara dandole unos golpes en las mejillas y otros más en los labios para, al sacar su lengua, darle unos cuantos "pollazos" más. Sentia lo humedo y eso me prendia al cien por ciento. Sonrei y entonces le hice engullir toda mi extención de carne en su boca.

-Oh My Fuck... -gemí- Chupala, venga, asi, chupala... Más adentro... -dije al hacer fuerza para que entrara hasta la base sintiendo unas cuantas arcadas de él.

Al parecer esa persona inhibida que era yo, me convertí a lo pronto en todo lo contrario, disfrutando del placer que me estaba dando Alex, soltándome por completo y dejando atrás mi lado tímido, vergonzoso notando que el gran demonio me podía cambiar mi personalidad, después de esto no, si no que poco a poco, se notaba que era un hombre bastante lujurioso, lo disfrutaba bastante y sobre todo conmigo, un pobre chico virgen que será desvirgado a la más brutalidad, eso estaba bien por una parte, un polvo así no se olvidaría, siempre soñé hacerlo con la persona que amaba, pero para que retrasarse tanto si puedes disfrutar del gran placer del sexo con otras personas y sin compromiso alguno. Dejando atrás mis pensamientos volví con Alex, mi miembro crecía más aun, el me lo chupaba con ganas y aparte me metió el dedo que tenía en mi boa en mi orificio, cerré fuerte los ojos, poniendo una cara de dolor, estaba bastante estrecho y encima me metió otros tres juntos, esa cara de color empeoró, pero sin darme cuanta me besó con descaro, yo correspondí soltando algún que otro orgasmo dentro de su boca mientas nuestras lenguas jugaban.

Cuando terminó de saborearme por completo mi boca, se levantó, yo me quedé de rodillas y sin más me puso su miembro en mi cara palpándomela mientras se masturbaba, yo cerré los ojos, deslicé mi mano por mi cuerpo hasta llegar a mi miembro y masturbándome también mientras gemía poco a poco y daba algunas lamidas al miembro de Alex cuando lo tenía cerca de la comisura de mis labios, también en algún momento besé el florido capullo de Alex. Como era de esperar de Alex ya tenía su gran miembro en mi boca, entero estaba dentro de mí húmeda boca, yo lo chupaba como podía, soltando alguna que otra arcada ya que Alex movía muy rápido sus caderas y yo mientras lo chupaba como podía, en ocasiones llegó hasta mi laringe y pocas veces a mi faringe rozándola, yo seguía masturbándome y me saliva salía de mi boca con grandes gapos mojando el suelo de la arena. No aguanté más y me lo saqué de mi boca, con una mano masturbé a Alex y con la otra me limpie un poco la boca llena de saliva mía. ¿Lo hago bien? Dije mientras sonreía dulcemente al demonio que tendía en frente mía. Al poco rato le di suaves lamidas a su miembro y me lo volví a meter a mi boca, abduciéndolo por completo y masturbándolo cuando salía parte de su carne de mi boca. Y así siguiendo esa felación un buen rato, masturbando los dos miembros erectos, al parecer ya quedaba poco para el sexo anal…

Sin respuesta alguna brutalmente me metió su miembro en su boca, fue más bruto que antes, la saliva se me salía de la boca sin poder contener, mis arcadas aumentaban cada veza más, empezaba a escupir hacia afuera como podía, esos ruidos que se formaban cuando tenía arcadas subieron algo de tono, pero todo se paró cuando sentí un líquido extraño en mi boca, ese líquido que salió del miembro de Alex sin control alguno empezó a inundar mi boca entera de su semen, como seguía con la felación se me escaparon gotas del semen del otro hacia afuera, pero la gran mayoría me lo tragué con gusto, en parte me ponía tragarlo y no sabía porque, entonces se arrodilló ante mi dándome un gran beso en mis labios mientras intercambiábamos fluidos, dos diferentes, el propio semen de Alex y la saliva de los dos mezcladas en este beso con lengua, todos los fluidos pasaban de un lado a otro sin descontrol, cuando se separó se quedó algo en la boca de Alex y un poco en la mía que lo trague sin más y el que me quedaba en los labios me lo limpié con mi mano, esto no estaba tan mal, tenía que hacerlo a menudo.

De pronto aparecí a su espalda, a cuatro mientras me lamía mi orificio, en ese momento gemí de una forma inigualable y por supuesto cerré mis ojos para sentir tal placer, pero cuando empezó a jugar con su dedo, me dolió un poco, de pronto noté algo raro en mí, queriendo que lloviese o que cayera una tormenta, y en segundos se formó una gran nube encima nuestra donde empezaron a caer poco a poco las gotas frías que estaban acumuladas en la masa opaca grisácea. Empezó al poco tiempo a llover con todas sus ganas, nuestros cuerpos se mojaban poco a poco haciendo notar nuestros fornidos músculos de todo el cuerpo. Ignoré la lluvia, ahora puse el culo en pompa para que me lo dilatase y poder proseguir.

Cada lamida que daba a mi orificio me provocaba más placer que la anterior y eso me hacía gemir cada vez más, pero no tan exageradamente, me guardé los gemidos fuertes para la penetración. La lluvia continuaba yo tenía mis ojos cerrados dejando que las suaves gotas me dieran en mi cara y por todo mi cuerpo, una parte de mí aun no se creía que lo estaba haciendo, pero la otra parte disfrutaba los máximo que podía, pero como no disfrutar teniendo al ser todo poderoso de la tierra dentro de uno… sí, dentro de uno, porque empezó a penetrarme poco a poco, sin protección alguna, me puse algo nervioso por ello, cerré fuerte los ojos, me puse tenso, todos mis músculos estaban tensos, me mordí fuerte el labio inferior, me empezó a dólar bastante, pero aguanté ese dolor porque no quería parar una vez ya empezados. Sentir su miembro entero ya dentro mía sin protección sintiéndolo todo, causaba placer y una morbosidad inigualable, pero a mí, por lo principiante que soy, me causaba un gran dolor, agarré fuerte la arena de la playa haciendo grandes surcos en ella.

Cuando me dijo que me abriera más, eso intenté hacer, respirando fuerte y a la vez soltando gemidos de placer al igual que de dolor, esas embestidas que hacían sonar por el choque de nuestros testículos me excitaba más aun, no podía describir lo que estaba sintiendo, cuando me tranquilicé un poco haciendo mi entrada más abierta y no tan estrecha, empecé a moverme yo también meciendo mis caderas donde le seguía mi cuerpo entero, me abrí un poco más de piernas y apoye mi cabeza al suelo con el resto de mi cuerpo, menos la cintura y mi culo, ya que estaba en pompa. Mientras estaba medio sentado, me mordí muerde el antebrazo para compensar un poco el dolor que tenía y dejándome una gran marca morada en él. Joder....ah! Gemía de las embestidas de Alex, y por un momento me dieron ganas de que me diera más rápido y fuerte, mi lujuria, me poseaía, pero podía controlarla.